Copérnico demostró que la Tierra no era el centro del Universo; Darwin, que los seres humanos descendemos, como cualquier bicho, de bichos más humildes; Shapley, que el Sol no está ni remotamente en el centro de la Vía Láctea; y Hubble, que la Vía Láctea es sólo una entre miles de millones de galaxias ¿Qué nuevas humillaciones nos depara el futuro?
-Sergio Régules, “El descubrimiento delas galaxias” en ¿Cómo ves?, año 4, núm. 42, mayo 2002.
Ahora sí he entendido a Sartre y su desconfianza en el ser humano, su aversión a la monotonía patológica de la humanidad, a esa apatía crónica que nos vuelve a veces tan inútiles, ese patetismo hipócrita y egoísta del que nadie se escapa, porque todos pensamos en nosotros mismos pero paradójicamente escogemos aquellas cosas que terminan perjudicándonos; y luego nos preguntamos por qué nos pasa todo lo malo a nosotros, la respuesta es simple: porque el ser humano es el único animal que se tropieza, no una ni dos, sino una infinidad de veces con la misma piedra.